jueves, 27 de diciembre de 2007

Atlético madrid Campeon Ascenso 1991

Llegaron en silencio. Trajeron banderas de humildad y grandeza de espíritu. Llegaron con un mensaje futbolero muy claro y definido: "jugar, meter, divertirse y ganar".No hablaron de protagonismo, pero fueron protagonistas obligados de la categoría desde el comienzo por su contundencia y eficacia, jugaron seis partidos y los ganaron todos y subieron merecidamente a la categoría Campeonato con el mismo silencio y humildad con que iniciaron su campaña en ascenso.Tuvieron una fórmula sencilla. Presionar, ganar la pelota lo más cerca posible del arco rival, ir a buscar los partidos, no encontrarlos de casualidad. Están identificados con la escuela clásica del Atlántico, esa que liga a Argentina, Uruguay y Brasil con el amor por el juego, el respeto por la pelota, la idea fundacional de que el fútbol también es un espectáculo, además de dar cabida a un legítimo deseo: ganar.Llegaron en silencio y se arreglaron con lo que tenían entre sus manos. Un mes y medio después festejaron el ascenso. Fueron guiados por un gran capitán como "Aitorcito Otaño" y aparecieron dos goleadores de raza que le dieron la jerarquía, contundencia y efectividad buscada: Marcos Diehl e Ignacio Santurio. También tuvieron su columna vertebral en Marcos Gradin y Gonzalo Arana que supieron manejar junto con "Aitorcito" los hilos de este equipo.Llegaron en silencio y consiguieron lo que otros habían recitado y soñado y que no pudieron edificar ni cumplir: el campeonato y el ascenso.Hay dos temas fundamentales que distinguen a este equipo: 1) Es muy difícil que ande desparramado por la cancha; 2) Lograron erradicar a los distraídos, juegan con absoluta concentración en el juego.Llegaron en silencio, preocupados por los nombres contra los que debían disputar el ascenso, musitando entre ellos que se habían embarcado "en una empresa muy difícil". Empezaron a trabajar y los resultados los respaldaron. Entonces todo fue más sencillo. Clasificaron para las semifinales una fecha antes de que concluyera su zona y luego borraron a TENSE de la cancha con su juego prolijo y sin fisuras.En la final jugaron más distendidos, seguramente porque el rival de turno contaba con dos hombres de menos y porque fueron desconcertados por el "triste espectáculo" que brindaron el árbitro M. A. Firpo y los jugadores de "El Hipopotamo" en conjunto. Sin embargo, también superaron ese obstáculo y se coronaron campeones invictos.Llegaron en silencio y ascendieron en silencio. Su nombre quedará grabado en la copa para siempre. Atlético Madrid fue un merecido campeón.

Diciembre 1991

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